miércoles, 5 de mayo de 2010

¡DIGNIDAD Y DERECHOS DE LAS MUJERES: DEBER DEL ESTADO!



Hoy en día es fundamental el papel que tiene la mujer en la sociedad, la importancia que su rol y su carácter femenino le imprimen a toda la vida en comunidad, en un hogar, en una familia, en un trabajo, en un colegio, en una universidad. Pero también es fundamental el papel del Estado en materia de defensa y garantía de la dignidad de la mujer y de todos los seres humanos, y precisamente, el Estado colombiano se ha quedado corto en eso.

¡Nuestra Dignidad; Nuestros Derechos!
La materialización de nuestra dignidad femenina también va de la mano de la defensa de nuestros derechos: como seres humanos, como madres, como esposas, como hijas, como hermanas, como ciudadanas. Justamente, como mujeres colombianas, tenemos el derecho a que nuestra salud física y mental sea respetada y defendida por el Estado de manera íntegra. Lo anterior implica un compromiso por parte de los gobernantes y de los principales servidores públicos del país hacia la formulación y ejecución de políticas que, en materia de salud individual y social, no vulneren nuestra integridad.

¡Castigo a los culpables, No a los inocentes!
El aborto NO es una situación deseable para ninguna mujer. La solución a una violación, no es castigar a los inocentes: ni a la mujer con el flagelo de un aborto y con todas las consecuencias físicas y psicológicas a las que tiene que verse sometida, ni al bebé inocente que está por nacer privándole de la posibilidad de vivir; la solución está en castigar como se debe a los perpetradores de las violaciones, y en impedir a toda costa que se sigan cometiendo estos delitos. Ese es nuestro derecho, y eso es un deber del Estado.

¡Urgente: atención y cuidado de las madres gestantes!
La solución a un embarazo riesgoso no está en evitar a toda costa los embarazos y en acabar con la vida de los que, para muchos que desprecian la vida y la dignidad del ser humano, son los “no deseables”; la solución está en atender a TODAS las madres que están en embarazo, y garantizarles a ellas, por derecho, las condiciones de salud necesarias para que puedan dar a luz hijos saludables, sin ver mermada su propia salud. Además, numerosos estudios indican que la mortalidad materna no ha aumentado en los últimos años como tantos quieren hacernos creer, sino todo lo contrario, ha disminuido desde 1980 a la fecha en un 65%; y eso se debe al importante trabajo que han realizado muchos gobiernos en materia de protección de los derechos de las mujeres gestantes, de generar mayores y mejores condiciones para ellas y sus bebés, y no por el número de abortos que se hacen al año, que causan efectos totalmente contrarios. Eso, también es nuestro derecho y es un deber del Estado.

Precisamente, el deber del Estado es hacer nuestras vidas mejores; hacer mejor la vida de nuestros hijos, y también de las futuras generaciones. Someternos, como mujeres, a prácticas que violentan nuestra integridad física, que violentan nuestra integridad emocional y que nos dejan más secuelas que beneficios, NO ni deber ni derecho del Estado. Pero nuestro deber y derecho, como mujeres colombianas, sí es hacer respetar nuestra vida y la de nuestros hijos, hermanos, compatriotas. Los jueces no están para decirnos lo que es o no bueno; están para garantizar por encima de todo, nuestro derecho a vivir con dignidad y a defender nuestra dignidad. Ese es el deber del Estado: ¡PROTEGER, GARANTIZAR, PROCURAR Y DEFENDER EL DESARROLLO DE LA DIGNIDAD DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD!

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